¿Por qué pintar mandalas nos relaja?
- Annie
- 23 ago 2018
- 3 Min. de lectura

Hace un par de años descubrí en una librería de mi ciudad, un libro para colorear que tenía unos hermosos diseños. La verdad es que lo compré sin saber realmente de lo que se trataba. Cuando llegué a casa y lo pude revisar con más calma, descubrí que se trataba de mandalas.
Un mandala es una estructura de diseños que siguen un patrón geométrico. Tiene su origen en la India, donde los hindúes los utilizaban para meditar. Su característica principal es la presencia de una estructura que se organiza y unifica en torno a un centro.
Pintar mandalas no requiere conocer una técnica específica, ya que cada quien colorea según sus gustos estéticos e imaginativos. Al ser una expresión del alma, armoniza nuestro mundo interior con el exterior. Al despertar los sentidos, estimula la creatividad. Es un centro de energía que nos balancea y armoniza.
¿Para qué pintarlos?

Los mandalas ayudan a meditar de forma activa.
Es una actividad relajante que ayuda a recuperar la calma interna y la tranquilidad.
Desarrollan la paciencia.
Despiertan los sentidos y la intuición.
Ayudan a la coordinación, la expresión y el desarrollo mental.
Potencian la concentración y el auto-control.
Es una buena actividad para cualquiera que necesite un poco de calma, para quien quiera pasar un rato consigo mismo y divertirse creando.
Es recomendable para niños pequeños, ya que ayuda a coordinar y conoce la vista, la mano y los colores.
También es útil para personas mayores ya que ayudan a mantener activa su mente y su concentración.
Pintar mandalas es una actividad que no requiere mucho esfuerzo ni conocimientos especiales, de la que se puede obtener grandes resultados, por esto es ideal para cualquier tipo de persona.
¿Cómo pintarlos?

El primer paso es buscar un sitio tranquilo donde poder relajarse. Se puede poner música de fondo o dejar el ambiente en silencio. Es importante sentarse de forma cómoda, así como tener todo lo necesario a la mano, para poder concentrarse en el mandala una vez empiece el trabajo.
La imagen escogida será aquella que inspire algo en ese mismo momento, al igual que los materiales para pintar, pueden ser lápices, acuarelas o plumones, según como te sientas ese día y qué te apetezca realmente pintar.
Cuando ya está todo listo para empezar, es el momento de plantearse de qué forma se debe pintar. Hay dos técnicas principales:
La primera es pintar el mandala desde afuera hacia dentro significa que la persona quiere “buscar su centro”, contactarse con la esencia de su subconsciente.
La segunda consiste en pintar el mandala desde adentro hacia fuera indica un ánimo de exteriorizar las emociones, de sacar lo que se lleva dentro.Una vez que se empiece a pintar según el método elegido, hay que dejar que sea la intuición la que guíe el trabajo. Por ejemplo, el estado de ánimo indicará los colores a utilizar.
Es importante liberar la mente, disfrutar del trabajo y concentrarse en el mandala. No debes tener comenzados varios mandalas a la vez; termina uno antes de empezar otro.
Lo que se busca llegará solo poco a poco: la tranquilidad, la relajación y la meditación. No hay que ser perfeccionista al pintar. Lo principal es trabajar según lo dicte el ánimo y la intuición. Es fundamental disfrutar mientras se pinta. Al acabar, es recomendable dedicar unos minutos a contemplar el trabajo, dejar “que el mandala te hable”, como aseguran quienes están acostumbrados a realizar esta actividad. Es lo que termina de dar sentido a lo que se acaba de hacer, que, en definitiva, es encontrarse y pasar un rato con uno mismo.
Les dejo algunos libros que les recomiendo para iniciar en esta actividad tan llena de calma y relajación. Los pueden encontrar en Sanborns.
También en la red pueden buscar, y encontrarán miles de diseños en blanco y negro para que los puedan imprimir y empezar en este arte que a mí en lo personal me tiene cautivada.
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