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Disautonomía

  • Foto del escritor: Annie
    Annie
  • 21 ago 2018
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 28 ago 2018

La discapacidad invisible


Alguna vez te has puesto a pensar, que pasaría si de repente te quitarán el piso que tienes bajo tus pies? Te daría miedo? Te sentirías perdido?

Pues justo hace poco lo descubrí. Llevo 10 años padeciendo problemas de salud que parecieran invisibles. Invisibles para todos, menos para mí. Por años mis visitas a doctores y hospitales fueron frustrantes. El diagnóstico siempre era el mismo: "Señora, usted está sana, no hay motivo alguno del cual preocuparse". Obviamente, yo sabía que algo estaba mal conmigo, sin embargo siempre tuve la esperanza que pronto mejoraría, que solo era estrés.


Así fueron pasando los años. Había días buenos y otros, no tan buenos. Pero en general, era una situación manejable. Aún así, poco a poco empecé a sufrir una gran depresión. Me frustraba no tener la energía necesaria para realizar mis actividades diarias. Aún algo tan simple, como llevar a mis hijos a la escuela, hacer la comida y ayudarlos a la tareas, eran actividades agotadoras para mi.


Hace unos cuantos días, tuve la peor crisis, la cual me llevo directo al hospital. A mí ingreso, empezaron las hipótesis de mi padecimiento; hipoglicemia dijo uno, fatiga por estrés dijo otro, problemas cardíacos dijo uno más. Nada que no hubiera escuchado antes. Así siguieron por un buen rato, análisis por aquí y por allá, que pronto obligaron a los médicos a descartar una a una, sus hipótesis.


Por suerte, llegó un médico con un diagnóstico que nunca había escuchado, algo totalmente nuevo. Llegó diciendo que en base a mis síntomas, y a los resultados de los análisis, lo que yo padecía era Disautonomía.

Ya se imaginarán mi sorpresa. Después de tantos años, por fin tenía un diagnóstico. Pero, ¿qué era eso? En este post, les explico de que se trata.


¿Qué es la disautonomía?


La Disautonomía es el mal funcionamiento del sistema nervioso autónomo. El sistema nervioso autónomo es una parte del sistema nervioso, encargado de regular todos los procesos involuntarios que tenemos en el cuerpo, tales como la presión, el pulso, la temperatura y la respiración. Se divide en Sistema Simpático y Parasimpático. El mal funcionamiento del Sistema Nervioso Parasimpático puede provocar diversos síntomas en conjunto (Síndrome) llamados “Disautonomía”.


Un ejemplo de esto es la circulación venosa, un problema muy importante en el Disautónomo es que el retorno venoso de las piernas se ve afectado, por lo tanto no regresa adecuadamente la sangre al cerebro, el corazón comienza a trabajar forzadamente causando “taquicardia” y al no cubrir las necesidades de oxigenación del cerebro le procede un desmayo como auto protección del cuerpo (la máquina perfecta).

Frente a cambios repentinos como una emoción, al pararse rápidamente después de estar acostado o al estar de pie largo rato (colas) o al caminar despacio en el supermercado o con cambios bruscos de temperatura, se produce una disminución del retorno venoso desde las extremidades inferiores, con lo que la presión arterial baja en forma brusca y llega poco oxígeno al cerebro.


En el caso de tener Disautonomía el organismo no es capaz de compensar esto completamente y aparecen los síntomas. Debido a esto, las personas sienten mareos y pueden llegar a desmayarse. La mayoría no se desmaya, pero si pueden tener mareos, fatiga crónica y a veces pre-síncope (casi desmayo). Cuando se sufre un desmayo, al estar la persona en una posición horizontal a favor de la gravedad, la circulación sanguínea se facilita y se recobra en pocos segundos la consciencia, pero hay que darle al cuerpo unos veinte minutos para que recupere su función normal. Muchas veces la persona requiere de más tiempo e incluso hospitalización y medicamentos.


La Disautonomía, provoca que las personas que la padecen sean friolentas, se la pasen decaídas, somnolientas, cansadas, pálidas y sin ánimo, por lo que se les tilda de flojas y poco sociables. La mayoría refiere que después de mediodía “se les acaban las pilas”. Este "cansancio" en realidad no es cansancio, es falta de energía, la persona se siente bien mientras está activa, y al dejar esta actividad, le sobreviene una perdida de ánimo, y no tienen energía.


A pesar de ser muy frecuente (sobre todo en las mujeres), por lo general esta condición no es diagnosticada y los enfermos peregrinan de un médico a otro, reciben innumerables exámenes que resultan normales, se sienten muy mal y no tienen explicación de sus problemas. Esta mala calidad de vida tiende a llevarlos a la depresión. El que de repente se pongan pálidos, se debe a vasoconstricción de la piel, para corregir la baja de la presión arterial.


Causas agravantes:

  • La deshidratación: Por calor excesivo o por fiebre.

  • A veces el estar de pie o pararse brusca y repetidamente, como sucede durante la misa en las iglesias.

  • Emoción fuerte. Nerviosismo. Como al presentarse a dar un examen.

  • Estar de pie por largo rato, sin moverse.

  • El pararse rápido de una cama o una silla.

  • El caminar despacio. Como sucede en los centros comerciales o en el supermercado.

  • Período menstrual.

  • A consecuencia de relaciones sexuales.

  • Durante el embarazo.

Nota: En todas estas circunstancias el problema se produce por disminución del retorno venoso desde las extremidades inferiores y abdomen, con lo que llega menos oxígeno al cerebro, causando los síntomas propios de la Disautonomía.

Consecuencias de la Disautonomía


La disautonomía como tal, no pone en riesgo la vida, sin embargo, sí tiene consecuencias para el que la padece. La más importante son los desmayos que provocan caídas con contusiones, heridas o/y fracturas.


¿Cómo se trata la Disautonomía?


No existe un tratamiento curativo, pero hay muchas cosas que se pueden hacer para prevenir o aliviar el problema:

  • Evitar estar de pie por tiempo prolongado. Si esto no se puede evitar, hay una serie de movimientos que ayudan como: cruzarse de pies, balancearse, poner un pie delante del otro y después cambiar de pie, agacharse como para abrocharse los zapatos, ponerse en cunclillas o poner la pierna estirada sobre una silla.

  • Evitar caminar despacio en el Supermercado y no permanecer en esto más de una hora, menos si es posible. Evitar la inactividad como estar frente al computador, por horas sin moverse.

  • Al estar sentado en un autobús o avión hay que mover los pies y rodillas frecuentemente y pararse y caminar.

  • Si la fatiga aparece al ir caminando despacio (como en un centro comercial), es conveniente sentarse por un rato.

  • Hay que reposar acostado después de una comida abundante, aunque sea por 15 minutos. En caso de que la persona tenga mareos (vea estrellitas) al levantarse de la cama en la mañana, se recomienda elevar la cabeza de la cama unos 20 cm., ya que toda la noche en posición horizontal agrava la condición al levantarse bruscamente, lo cual produce una caída de la presión arterial (PA).

  • Evitar la deshidratación, para lo que es conveniente tomar unos 2 a 3 litros de líquidos al día (son recomendables las bebidas re-hidratantes, como el Gatorade, Powerade, y otras).

  • Si la persona no tiene hipertensión arterial o problemas renales el aumentar la sal en las comidas ayuda a mejorar el retorno venoso.


Para concluir, la Disautonomía, lejos de ser lo peor que me pudo haber pasado en la vida, me sirvió para cambiar mucho malos hábitos que tenía. Una vez que me diagnosticaron correctamente, y seguí las recomendaciones antes mencionadas, mi condición ha mejorado enormemente. Poco a poco he retomado mi vida, he aprendido a aceptar mi condición, pero sobre todo, volví a ser feliz.


¿Cuántas de ustedes ha pasado por alguna situación similar?


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